Corazón Coraza

Las prendas Velasco son piezas protectoras. Parecen rígidas, pero no lo son. Y aunque tengan aires a ropas de combate, no es ese rasgo lo que las hace fuertes, sino la suavidad con que se transforman para dar abrigo. Se trata de piezas que encuentran su fortaleza en el uso que les descubre cada persona. Amuletos que alientan la confianza en el experimentar: cuánto tensar, cómo combinar, cuándo quitar una parte, cuándo sumarla.

Arrojadxs a un paisaje cada día más distópico, advertidxs que no basta respirar para sabernos vivxs, Velasco nos ofrece corazas para el camino.

En sus hebras está plasmada la historia de nuestro poder, de nuestro saber cómo volver a casa. Hemos de proteger lo que nos enciende, la ternura, nuestros silencios, soledades y rituales domésticos. Sólo podremos hacerlo tejiéndonos colectivamente, dando tiempo y espacio a la magia que acontece en el roce con otrxs.

Velasco viajó al futuro y volvió sin cierres, ni botones, decidida a usar lo disponible, a escarbar la herida para que sane. Claroscuros crudos, que laten en forma de monoprendas, pantalones, bermudas, buzos, remerones, vestidos, camisas, camisetas, chaquetas cortas, blaizers y pilotos. Ajustes mediante cintas que se adaptan a las necesidades de cada unx, arneses y accesorios que se enciman. Textiles nobles: algodones puros de la cooperativa Inimbó, el guaranítico Aopoí, jean con elastano y friza de Norfabril.

Siempre espacio para transformar, reciclar, para repetirse como un mantra “no creas en todo lo que ves, te sorprenderías”. Como acostumbra, Emilia Velasco trabajó una parte de su colección de forma colaborativa. Junto a la diseñadora Lujan Signoris desarrollaron una técnica de impermeabilización de algunos textiles con termofusión, utilizando plásticos fuera de circulación como los sachets de leche. Y el artista e ilustrador Mauri Rafinn encendió un corazón coraza de acrílico transparente que acompañará cada prenda y que también tendrá forma de aro individual. Una declaración de principios enunciada como un murmullo, discreta y estridente como un corazón en el plato.

El desafío que propone Velasco en esta nueva colección es hacer de nuestras corazas algo luminoso y oscuro, duro y blando, como todo lo que late.

Terekuá del río Paraná es el resultado de una co-creación de Emilia Velasco con una línea artística reinventado el pasado y trayéndolo al presente que está realizada con materiales del territorio (lienzos, palo santo, raíz paloma yuyo, chaguar, palma, ao po`i) + el artista Gustavo Mendoza con su obra “naturaleza mórbida” con personajes alquimistas protectores de la naturaleza, realizados en lienzo con diferentes intervenciones como el bordado, costuras y patchwork.

Equipo técnico

Diseños y realización: Emilia Velasco y Gustavo Mendoza.
Curadores de contenidos: German Lang y María Boggiano.
Fotografía: André Jannuzzi.
Estilismo: Emilia Velasco y Gustavo Mendoza.

El eje principal poner en valor nuestra cultura biodiversa y abundancia montés.

Colección realizada en co-creación junto a un equipo inter-discplinario.

Tomamos elementos, materiales y técnicas de la región y las re-significamos desde lo formal: morfologías inspiradas en prendas de trabajo, materia prima del territorio como ser lienzo de algodón 100% chaqueño, aopoí paraguayo, denim y textiles recuperados, técnicas artesanales como ser serigrafía, patchwork con descartes de la misma colección, bordado, ñanduti, tejido, confección, termo-fusión recuperando material fuera de circulación (plásticos y redes de naranja), ilustración digital y tradicional.

Velasco es una marca de indumentaria de diseño Chaqueña nutrida de imágenes relacionadas a su entorno. Destinado a mujeres y hombres reflexivos que valoran el legado de vestir historias. Trabaja dos temporadas por año bajo una misma temática.

Para esta colección 2017 Velasco reanuda su experimentación de caos sensible y creativo, en vínculo e inspiración hacia el retorno a su legado y raíces, a través de una colección colectiva que trabaja la mixtura de lenguajes, elementos y vidas en co-creación, para la elaboración de productos de alto valor cultural. Se utilizan textiles como el denim, sargas, aopoí y algodón lienzo, procedentes de industrias argentinas y paraguayas, en ciertos casos estampadas con serigrafía.

La morfología utilizada para esta temporada es un re-lectura de sus prendas clásicas como las faldas/delantal, jumpers/vestidos, pantalones/pollera, sacos, pantalones/babucha y las básicas con mix de lienzos chaqueños, que lo que las hace clásicas en Velasco es que sean regulables, arrebatibles, con amplios bolsillos, algunos desmontables convirtiéndose en cartera o mochila y otros escondidos en recortes. Se retoma la idea de prenda de oficio, práctica y cómoda.

La paleta de colores va desde los crudos, duraznos, marrones claros, tostados, verdes, azules y bordó. Aplicamos en forma de estampas serigráficas ilustraciones del Artista Fado T. C. inspirada en la leyenda del Ñanduti, el Pombero y la Araña, acompañadas por la exuberancia y abundancia selvática, como deidades biodiversas de nuestra región.

Las intervenciones están están realizadas mediante bordados, y la re-lectura de técnicas ancestrales como el Ñanduti, para las que introducimos materiales en deshuso (cables y mangueras) componiendo sobre bastidor, y luego modificada por termoadhesión con foil. / Para esta acción se abrió la propuesta al público a donar los cables en deshuso y así transformarlos./ De estas mismas texturas desarrollamos accesorios/ joyas para complementar los armados de conjunto: aros, collares y pulseras/muñequeras regulables con sogas. Los ensambles están hechos con cuero del impenetrable chaqueño.

Esta colección 2015 de Velasco se inspira en cada hora y su andar entre perfiles cotidianos, unida a nuestros árboles chaqueños y su ramaje oscilante. Sombra de fronda, espontánea y redentora. 

Caminar al cobijo de esa sombra se vuelve una experiencia renovadora, revitalizante, releyendo cada paso desde la confianza y apertura a lo vivido, con sus luces y sombras proyectadas.

El diseño de esta colección se presenta como orgánico, aludiendo al contacto con lo natural como inspiración, y siendo realizado en forma colectiva sumando intervenciones de diseñadoras y artistas, quienes participan desde las estampas inspiradas en el follaje de árboles y plantas silvestres nativas (chivato, diente de león y neomarica), representado en las técnicas desarrolladas y su morfología, a través de intervenciones bordadas a mano, multiplicando las miradas y perfiles de cada prenda.

Asimismo se busca sensibilizar el uso del denim, textil asociado con la actividad de ciudad veloz, urbana sensación de vértigo temporal. Este material es indagado en sus potenciales aplicaciones y usos como materia prima que se produce localmente, buscando lograr el menor impacto ambiental y el mayor efecto estético.

La organicidad con lo inmediato y su cauce natural es trabajada desde la relectura de materiales y moldería, como se observa en la re-versión de prendas clásicas, como el chaleco y el vestido; en el realce de las siluetas curvas de hombros y caderas, como suaves recintos, junto a los accesos flexibles y adaptables, y en las capas y tablas llevadas a lo circular. 

Hacia el andar de febriles veredas, cruzando calmos y audaces senderos; a través de auroras y tardes de naturaleza nítida y compartida, llega esta nueva colección de Velasco a proponer un nuevo encuentro creador con la vida y la indumentaria que nos acompaña a sentirla.

Los rizomas son tallos subterráneos, que se desarrollan como brotes o raíces ramificadas. En este perfil, tan fértil como irregular, surge la inspiración para las prendas que forman parte de esta nueva colección primavera-verano de Velasco.

Las intervenciones trabajadas ponen en contacto distintas formas de materializar una sucesión, algo que empieza de un modo pero puede continuar de otro. Lo diverso se enraíza a fuerza de sobriedad y delicadeza, en sus largos modulares y ruedos irregulares.

En una nueva relectura de las raíces, Velasco toma como concepto al rizoma como aquello que toma a la conexión como inspiración vital. De este modo las prendas que conforman esta colección revelan la concreción de ese diálogo, que puede asumir la forma de tejidos, herbáceos y sinuosos; o de tablas, despojadas y llanas. 

Penetrando en sus diseños y su estética como nexos en la tierra, Velasco expone una colección en donde lo rizomático es la definición de lo no estructurado. En ese espacio se recrea y desarrolla esta colección, de manera limpia y despojada, sustentando su propuesta de caos sensible y creativo. 

Alhuá saca a la luz todos los sentimientos, como expresión de nuestra tierra. Esta palabra, que justamente refiere a la tierra en lengua qom, se nutre de la voluntad y sus propósitos hacia el suelo, su vientre de porvenir, sus espaldas voluptuosas, sus cinturas enteras. 

Fertilidad y esperanzas, extendidas y disueltas entre sogas, hilos de algodón hechos costuras expuestas, desesperadas por contar historias.

Trama tierna y grave,  desarrollada a través de tejidos en crochet desestructurados, desarmados entre nuestras manos para volverlos a armar. Sus teñidos y vetas, sus fibras de chaguar, sus detalles en palo santo nos conducen hacia el canto caótico e incontenible de la tierra y sus lenguajes. 

Conectada desde su creación, sus orígenes vitales, en continua búsqueda y encuentro con su naturaleza esencial. 

Esta colección convoca a una mujer de coraje, fuerza y honestidad, como homenaje a aquellas féminas inmigrantes que atravesaron océanos y vidas enteras para cumplir con su legado.

En cada prenda se percibe la huella sensible de técnicas como el crochet o el bordado, trabajadas desde la aplicación caótica de sus patrones, como rasgos contemporáneos de apertura y resignificación de una herencia transfigurada constantemente en el aquí y ahora.

Velasco apuesta a la exploración de prendas clásicas y simples, utilizando gabardinas, poplines, lanillas y textiles de punto, proponiendo un diálogo desestructurado desde las texturas formuladas. Costuras expuestas, ganchillos asimétricos, estampas que reproducen la trama de una carpeta tejida y sus historias.

El carácter orgánico trasmitido en las prendas de esta colección recala en lo afectivo, aquello que suaviza el porte bravío de aquellas mujeres intrépidas, que supieron confiar y parir un futuro desde lo incierto.

Caliptra, tejido protector que recubre las raíces y en ella se inspira esta nueva colección de Velasco-. Indagando otra vez, como en colecciones anteriores, en aquellos patrones que sostienen su estilo desde el origen.

Las prendas conectan géneros sutiles y frescos, con intensas intervenciones hechas a mano. 

Colores frescos de nuevos brotes, tan espontáneos como arraigados. Sus muselinas, gasas y batistas dialogan junto a estampas, tejidos y tablas, nutridas por lo singular y vibrante al calor de los días.

Texturas en capas superpuestas, bordados a mano, tejidos latiendo al crochet, ecos de tablas.

Caliptra extiende cada recurso desde su naturaleza nítida y protectora.

La colección Poesía al Yuchán proviene de la admiración de la diseñadora Emilia Velasco hacia el árbol de Palo Borracho (también conocido como Yuchán para la comunidad originaria Qom de la provincia del Chaco), realizando con la colección final un homenaje a la controversia existente entre sus delicadas flores y sus agresivas espinas, como así también en la transformación constante de su tronco que muta todo el año perdiendo y renovando sus espinas.

La elección de los colores de la colección no fue literal: Velasco realiza una resignificación de esta controversia usando colores terrosos como marrones y naranjas, mixturándolos con crudos, azules sucios, rojos lavados, y verdes.

La asimetría y el caos visceral reinan en las prendas; pero caos no entendido como desorden, sino como el cambio constante de las cosas, como una expresión del devenir del tiempo.